Angora Turco

Ficha Técnica

Raza: Angora Turco
Otros nombres: gato de Ankara
Otros idiomas: ankara kedisi en turco, Turkish Angora en inglés
Origen: Anatolia Central (Asia Menor), en especial la provincia de Ankara en Turquía.
Altura: 22-35cm
Peso: Machos, aprox. 5,5kg / Hembras, aproximadamente. 3,5-5,5kg
Esperanza de vida: 9-14 años
Temperamento: Sociable y tranquilo
Inteligencia: Alta
Actividad: Alta
Bueno con: gente mayor, otros gatos, y algunos perros
Juguetonería: Alta
Longitud del pelo: Medio, Largo
Tipo de muda: Muda gran cantidad de pelo, requiere cepillado rutinario
Color del pelo: Comúnmente el blanco, aunque también pueden ser color crema, negro, azul grisáceo, plateado, pardo o amarillo.
Patrón del pelo: Suele ser de un solo tono sólido, también pueden tener color en la cabeza y el lomo y la barriga y las patas blancas.
Otras cualidades: Muchos de ellos tienen heterocromía, es decir, tienen un ojo de cada color. Les gustan las alturas.

Historia del gato Angora Turco

El gato de angora es tan representativo de Turquía que se exhibe y cría en el zoo de Ankara. Durante el boom en popularidad del gato Persa, el angora turco se cruzó tanto con otras razas que estuvo a punto de extinguirse. Sigue siendo una variedad de gato poco común fuera de Asia menor. Durante un tiempo, se creyó —erróneamente— que eran todos sordos, aunque se demostró que no era cierto.

A diferencia de muchas razas de gatos «creadas por el hombre», El angora turco es una raza natural que se originó en Turquía alrededor del siglo XV (a diferencia de otras razas creadas por el hombre por crianza artificial). Se cree que el angora es descendiente del gato salvaje africano, y que su pelaje largo y sedoso es el resultado de la adaptación evolutiva a los duros climas nevados de Ankara (antigua Angora).

Las primeras pruebas escritas que atestiguan la existencia de los gatos de angora turcos provienen de Francia en el siglo XVI, por lo que se presume que estos gatos llegaron a Francia y a Bretaña a finales del siglo XV. También se exportaron a Norte América en el siglo XVIII.

Durante el siglo XIX, los criadores de gatos persas empezaron a mezclarlos con los angora turco por su similitud en pelaje. Esto hizo que las poblaciones de angora turcos de pura raza cayeran en picado. Debido a esto, la sociedad turca los nombró tesoro nacional e instauraron un programa de cría en el zoológico de Ankara para salvarlos del riesgo de extinción —una estrategia no muy diferente a la que tiene China con la preservación del oso panda—.

La reinserción del angora turco puro en Norte América no sucedió hasta la década de 1950. Estando las tropas militares estadounidenses destinadas en Turquía, se quedaron maravillados con los especímenes de angora turco en el zoológico. Poco a poco, algunos ejemplares fueron llegando desde Turquía hasta los Estados Unidos gracias a la mediación de diplomáticos y militares. Sin embargo, estos se reprodujeron con otros gatos de razas similares para evitar problemas resultantes de la endogamia. Por esto, los especímenes de angora turco que se encuentran en los EE. UU. tienen un ADN diferente a los que se encuentran en Europa y el resto de continentes.

La Asociación de Amantes de los Gatos (Cat Fanciers Association en inglés) aceptó oficialmente al gato angora turco como raza en 1968, aunque otras variedades de color no se admitieron hasta 1978.

Apariencia del gato Angora Turco

Los angoras turcos son gatos de constitución delicada que han sido descritos como bailarinas de ballet. Su sedoso pelaje es largo pero de una sola capa, lo que hace que su mantenimiento sea asequible. El pelo tiende a ser ondulado y brilla a la luz del sol.

Al principio, los angora turcos se consideraban gatos estrictamente blancos con ojos azules o verdes. Hoy en día, el estándar de la raza incluye una gran variedad de colores y variaciones, como el himalayo, el calicó, el carey y el atigrado con prácticamente cualquier color de ojos.

Etapas del gato Angora Turco

Joven — De 3 meses a 2 años
Adulto — A partir de los 2 años
Senior — A partir de los 8 años

Personalidad del gato Angora Turco

El angora turco es un gato que le gusta la compañía humana en todo momento. Sin embargo, parece ser una raza que está más tranquila en hogares donde solo hay uno o dos adultos, por lo que les gusta la tranquilidad y el silencio. Se llevan bien con otros gatos y algunos perros, siempre y cuando se les presente con cuidado y paulatinamente.

Si van a convivir con niños, es mejor que se acostumbren desde pequeños. Es importante educar a los niños y advertirles de que no se les debe chinchar, tirar del rabo o las orejas. El angora turco es apacible, pero no le gusta estar en brazos ni tolerará el trato brusco de los niños pequeños tan bien como otras razas.

Los angora turcos son grandes amantes de las alturas, por lo que verlos subidos a los armarios y muebles de la casa es muy típico. Algunos dueños comentan que su angora turco suele echarse la siesta ¡encima del refrigerador! Para que canalicen este amor por las alturas, te recomendamos que pongas un castillo para gatos a su disposición.

Necesidades del gato Angora Turco

Dado que el Angora Turco tiene unos niveles de energía más altos, es mejor planificar cómo conseguir que haga ejercicio durante 15 a 30 minutos cada día. Jugar con juguetes para gatos es una forma fácil y divertida de ayudar al Angora Turco a gastar algo de energía.

Se recomienda mantener a su gato angora turco dentro de casa en todo momento por seguridad.

Cuidados del gato Angora Turco

A pesar de su aspecto delicado y lujoso, el gato angora turco no da muchos problemas a la hora de acicalarlo. Al tener una sola capa de pelo, es más fácil cepillarlos. Su pelaje no se enreda ni afelpa con facilidad. Solo hay que cepillarlo —por lo menos— una vez por semana para quitarle el polvo y la suciedad que se haya acumulado. El angora turco solo se debe bañar cuando lo necesite.

Salud, Vida y Enfermedades Frecuentes

Como todos los gatos, el angora turco es proclive a las enfermedades periodontales si no se cuida su higiene bucal. El cepillado diario de dientes es lo más recomendado, pero un cepillado semanal es más realista y ayudará también a mantener su salud dental.