La diarrea crónica en gatos puede ser muy frustrante tanto para nosotros los dueños como para el pobre animalito. Descubre sus posibles causas, cómo identificarla y los tratamientos más efectivos según cada caso.
¿Qué es la diarrea crónica en gatos?
Se habla de diarrea crónica cuando un gato presenta episodios de diarrea intermitentes durante más de 3 semanas. Generalmente ocurre cuando hay una afección subyacente que no se resuelve.
Los gatos con este problema suelen haber ido ya al veterinario, probado distintos medicamentos o cambios de alimentación, pero no parecen mejorar.
Causas más frecuentes de la diarrea crónica
Al igual que en humanos, esta afección puede deberse a muchas cosas distintas. Las principales causas son:
- Enfermedad inflamatoria intestinal
- Desbalance en la flora intestinal (exceso de bacterias dañinas)
- Parásitos u otros agentes infecciosos
- Alergias o intolerancias alimentarias
- Trastornos metabólicos como hipertiroidismo o enfermedad renal
- Cáncer intestinal
No obstante, puede ser difícil determinar el origen exacto sin pruebas. Lo mejor es llevar a nuestro felino a una clínica veterinaria. Allí le harán un chequeo completo para descartar posibles causas hasta dar en el clavo.
Diarrea felina: no todas son iguales
Aunque a primer vista parezca que esta enfermedad siempre es la misma, es posible hacer distinciones según los síntomas. Existen dos tipos, clasificables según de dónde proceda:
- Diarrea del intestino delgado: heces semi-formadas, en cantidad normal o mayor. Pueden contener sangre digerida. Provoca pérdida de peso.
- Diarrea del intestino grueso: sensación urgente de defecar pero con poca materia fecal. Puede haber moco o sangre fresca. No suele provocar pérdida de peso.
Síntomas que alertan de diarrea crónica
Seguramente ya sospeches que algo va mal con tu mascota, por eso estás leyendo este artículo. De todos modos, aquí tienes una lista de los principales síntomas de diarrea en felinos:
- Defecaciones blandas o líquidas intermitentes durante semanas
- Sangre o moco en las heces
- Pérdida de peso
- Pelaje sin brillo, apagado
- Hace caca con mucha más frecuencia que la de costumbre
- Sensación urgente de defecar (sale disparado al arenero sin previo aviso)
- Vómitos o flatulencia, que indican una mala digestión
Pruebas diagnósticas para la diarrea crónica
Si no se le ha pasado en unos días, es mejor llevar a nuestro animalito a nuestra clínica veterinaria de confianza. Para determinar el origen de esta diarrea, el veterinario puede mandar a hacer:
- Análisis de sangre
- Coprologías para detectar parásitos y agentes infecciosos
- Ecografía abdominal
- Endoscopia y biopsia intestinal
- Radiografías
- Análisis de orina
Tratamiento de la diarrea crónica en gatos
Implica tratar los síntomas y la causa subyacente (es decir, el origen de lo que está provocando la diarrea). Durante el tratamiento pueden hacer falta:
Medicamentos
Los medicamentos pueden ser de muchos tipos; antiinflamatorios, antibióticos, antimicóticos, etc. El veterinario recetará la cantidad necesaria.
En el caso de los antibióticos, recuerda darle a tu mascota todas las dosis prescritas hasta acabar el ciclo de antibióticos. Si te olvidas de darle parte de la medicación antibiótica a tu mascota o no le das todas las dosis recetadas, la infección no remitirá, y las bacterias que están afectando a tu mascota crearán resistencia al antibiótico (en vez de ser destruidas). Esto pone en peligro a tu mascota, pues seguirá padeciendo la infección, y necesitará medicamentos más fuertes y agresivos para su cuerpecito.
Probióticos
Una enfermedad gastrointestinal prolongada –la diarrea en este caso– provoca grandes desbalances en la flora bacteriana de los intestinos. Esto provoca un desajuste que empeora la calidad de la digestión y la asimilación de nutrientes. Los probióticos promueven la regeneración de flora beneficiosa para el organismo, a la vez que frena la proliferación de microorganismos nocivos.
Modificaciones en la dieta
Al igual que con los humanos, nuestro gato puede desarrollar de la noche a la mañana alergias alimentarias que le hagan tener reacción a ciertos alimentos.
Puede que su marca de pienso habitual haya cambiado la composición de la receta (usualmente, para abaratar costes) y no le siente bien el nuevo pienso. Tal vez le estamos premiando con chuches para gatos que están muy ricas, pero contienen gran cantidad de cereales y otros ingredientes que no son aptos para la dieta carnívora de los felinos.
En conclusión, debemos analizar con cuidado todo lo que ingiere nuestro gato para detectar un posible alimento agresor. Por eso, no estaría mal enseñarle al veterinario el envase de los alimentos que solemos dar a nuestro michi. El veterinario, como experto, podrá detectar rápidamente si hay algún producto alimenticio que pueda estar provocando estos problemas digestivos.
Dieta gastrointestinal
Se trata de una alimentación especialmente diseñada para animales con problemas de sistema digestivo. Los productos de este tipo se suelen comercializar bajo el nombre de «pienso digestivo» o «mousse digestivo».
Estos productos alimentarios, a pesar de ser inicialmente más caros que la mayoría de marcas de alimentos para felinos cotidianas, serán una inversión en la salud de nuestro gato. Al estar especialmente diseñadas para felinos con problemas digestivos, nos aseguramos de que nuestra mascota está consumiendo una dieta que no hace daño a su organismo en ese periodo de enfermedad tan vulnerable. Así, nos aseguramos de que está recibiendo una nutrición adecuada y recupera parte del peso, la energía y la vitalidad que ha perdido en las últimas semanas.
Suplementos vitamínicos
Muchas veces, las enfermedades de gatos se deben a carencias vitamínicas y minerales. Nuestro experto veterinario puede prescribir suplementos de vitaminas A, E, K o B, entre otras. También pueden padecer deficiencia de ácido fólico y hierro.
Una vez hayamos seguido las indicaciones del profesional veterinario, es clave hacer un seguimiento para ajustar el tratamiento. Debemos observar los cambios que vemos en nuestra mascota con el paso de los días, tomar nota, e incluso volver a llevar a nuestra mascota a la clínica veterinaria para que se aseguren de que nuestro animalito mejora o, por lo contrario, necesita que realicemos más cambios.
Esperamos que consigas dar con la raíz del problema de tu gatito. No desesperes, ¡y mucho ánimo!