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¿Por qué los gatos tienen una ‘M’ en la frente?

La marca en forma de M mayúscula es uno de los rasgos más distintivos que podemos ver en los gatos atigrados. Este trazo puede ser muy tenue —apenas visible—, o extremadamente marcado. Pero, ¿qué significa la ‘M’ en un gato?

Historias sobre la marca ‘M’ en los gatos

Aunque existen leyendas en diferentes culturas sobre este rasgo tan característico de los gatos, muchas preceden a la aparición del alfabeto latino, o suceden en culturas que no utilizaban ese sistema de escritura. Es decir, la letra ‘M’ que nosotros conocemos no existía en su sociedad.

Origen Egipcio

Este es el caso de la leyenda egipcia. Indicios arqueológicos demuestran que los gatos ya convivían con los seres humanos a las orillas del Nilo hace 10.000 años. Es más, se les llamaba ‘mau‘, una palabra onomatopéyica que hacía referencia a su maullido. Los amantes de esta cultura cuentan que, desde su domesticación, los gatos portan una ‘M’ en su cabecita a modo de corona. Dado que cumplían un papel fundamental espantando roedores y protegiendo las cosechas almacenadas, es normal que se les tuviera en tan alta estima.

Origen Cristiano

Cuenta un relato que, estando el Niño Jesús recién nacido en el pesebre, apareció un gatito atigrado a dar sus respetos. Dado que el bebé no conseguía entrar en calor y sufría, el gatito se subió a los pies de la cuna, se hizo un rosco y empezó a ronronear, calentando así al Niño Jesús. La Virgen María, agradecida con el gatito, le impuso la mano en su frente, dándole así su famosa marca en forma de ‘M’.

Origen Musulmán

La cultura musulmana es gran amante de los gatos. Admiran lo limpios y pulcros que son, tanto que los consideran animales sagrados que tienen permitido entrar en casas y mezquitas —cosa que no ocurre con los perros—. El profeta Mahoma era un reconocido amante de los gatos, incluso queda constancia escrita del nombre de su gata favorita, Muezza.

Aunque la gata Muezza es protagonista de un relato en el que el gran profeta se recorta parte de la túnica en la que se ha acurrucado a dormir con tal de no despertarla (¿a quién no le ha pasado?), el origen de la ‘M’ es el siguiente:

Estaba el profeta Mahoma concentrado en la oración cuando se le acercó una serpiente venenosa. Inconsciente del peligro, no se dio cuenta de lo que ocurría hasta que un gato que se encontraba por allí la cazó. Agradecido, acarició su cabeza y lo marcó para que sus seguidores recordaran que todos los felinos deben ser tratados con respeto.

Sea cual sea la historia que oigas sobre la ‘M’ de los gatos, todas relatan lo buenos y nobles que son. Aunque sea una mutación genética muy común, el carácter cariñoso de estos lindos animales hace que le atribuyamos solo cosas buenas.

¿Qué dice la ciencia?

Definitivamente, las sociedades antiguas han tratado de dar respuesta de una u otra forma a este misterio. Sin embargo, en la actualidad, es mejor echar mano de la ciencia para tratar de dar respuesta a esta curiosidad.

Pues bien, la comunidad científica no tiene muy claro por qué los gatos atigrados tienen la famosa marca en forma de ‘M’ en la frente. Aparentemente, este dibujo debe ser algo así como un patrón repetitivo que suele darse en los pelajes atigrados. Algo similar a la cola a rayas que suele darse también en estos felinos, que proviene de unos genes altamente dominantes.

De hecho, el patrón en sí es muy curioso, pues no importa el tipo de pelaje que tenga un gato, ya sea a líneas, a rayas o a remolinos, pues todos acaban mostrando de una forma u otra ese bonito dibujo en la frente.

¿Qué razas de gato tienen una M en la frente?

ragdoll marca M

Casi todos los gatos atigrados —los tabby cat en inglés— tienen esta curiosa marca en su pelaje. En un sentido más científico, suelen tener esta marca los gatos de la raza Común Europeo y los American Shorthair.

No obstante, hay muchísimas razas de gato que también pueden llegar a presentar este fenómeno. Muchos gatos Ragdoll tienen esta letra dibujada de forma disimulada en la frente. También es común en los gatos Bengalí, en el Maine Coon e incluso en el Ocicat.