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Mi gato me chupa la oreja. ¿Por qué lo hace? ¿Cómo lo evito?

Los gatos tienen comportamientos extraños que a veces nos dejan desconcertados. Uno de ellos es cuando nos despiertan chupándonos la oreja o masajeándonos la cara. ¿Por qué lo hacen? ¿Debemos preocuparnos o es algo normal? Vamos a intentar responder a estas preguntas.

¿Por qué me chupa la oreja? Origen de este comportamiento

gato oreja

Este comportamiento suele darse más en gatos que fueron separados de sus madres demasiado pronto. Tiene que ver con un instinto de amamantamiento que no pudieron satisfacer completamente.

Los gatitos recién nacidos encuentran el pezón de la madre olfateando y luego comienzan a succionar para estimular la salida de la leche. Al mismo tiempo, amasan con las patas el vientre de la madre. Esta acción de amamantamiento y masaje se asocia luego a sensaciones de calma y bienestar.

Por eso, cuando son separados muy pequeños de la madre, los gatos transfieren este comportamiento a sus humanos. Tu oreja, seas hombre o mujer, se convierte en un «pezón de repuesto» y tu cara en el vientre materno. Aunque no suene muy halagador, en realidad es un gesto de cariño y apego de tu gato hacia ti. De hecho, los gatos solo suelen chupar la oreja a sus humanos favoritos.

¿Debo preocuparme o es normal?

En la mayoría de los casos esto es perfectamente normal y, en la mayoría de los casos, el gato lo supera con la edad. No suele ser motivo de alarma, aunque puede resultar molesto si ocurre cuando estamos durmiendo o si el gato nos araña sin querer, pues suelen acompañar el movimiento amasando la cara.

Lo ideal es dejar que el gato lo haga sin interferir demasiado. No hace falta alentarlo ni reprimirlo. Simplemente, déjalo ser, forma parte de su comportamiento natural. A menos que te desagrade, claro.

¿Cómo reaccionar si queremos evitarlo?

afecto gatos

A veces el hábito se vuelve muy insistente y preferiríamos que el gato dejara de hacer ese gesto, ya sea porque te molesta, por higiene o porque te hace daño. En ese caso, lo mejor es interrumpir el ritual antes de que empiece.

Cuando el gato se acurruca y empieza a ronronear, esté atento a las señales previas como olfatear y restregarse. En cuanto detectes que se avecina el masaje/chupeteo de oreja, siéntate o ponlo suavemente en otra posición. Hazlo de forma consistente cada vez y el gato irá abandonando el hábito.

Otra opción es redirigir su atención dándole un juguete, su chupe favorito o llevándolo a su rascador para que descargue energía. Pero lo fundamental es cortar el patrón de conducta justo antes de que suceda, sin castigos ni enfados.

Unos últimos consejos prácticos

Ya sabes que con los gatos hay que ser pacientes. Si no quieres que este problema vaya a más, aquí tienes unos cuantos consejos extra:

  • Mantener las uñas cortas. Es importante recortar periódicamente las uñas del gato para evitar que nos arañe sin querer al amasar o agarrarse. Las uñas afiladas pueden lastimar nuestra piel delicada como la de las orejas. Unas uñas bien recortadas también le evitan daños al propio gato.
  • No reforzar el comportamiento. Cuando nuestro gato nos chupa la oreja o amasa nuestra cara, muchas veces por instinto acariciamos su lomo o cabeza. Esto refuerza el comportamiento y hace que el gato lo repita buscando más mimos. Lo mejor es permanecer impasible.
  • Ser paciente. En la mayoría de los casos se trata de una conducta que los gatos abandonan paulatinamente, especialmente al crecer y madurar. Debemos ser pacientes y evitar corregirlos con impaciencia.
  • Ofrecer alternativas. Cuando veamos que nuestro gato se prepara para el ritual de lamer o morder la oreja, podemos ofrecerle rápidamente un juguete interactivo o llevarlo suavemente hacia su rascador para que descargue energía. Así redirigimos su atención a una actividad adecuada.
  • Interrumpir el ciclo. Como explicamos antes, es clave cortar el patrón de conducta justo antes de que ocurra. Cuando detectemos las señales previas (olfateo, ronroneo, acercamiento), debemos sentarnos o mover al gato firme pero gentilmente.
  • Proporcionar afecto. Debemos compensar cada interrupción brindándole a nuestra mascota afecto y atención positiva en otros momentos del día. Así evitamos que se frustre. Dedicarle tiempo de calidad con juegos, mimos y golosinas.

Aplicando estos consejos con cariño y coherencia, lo más probable es que el gatito abandone esta costumbre tan particular. Y si no lo consigues, por lo menos, sabrás que es un gesto que hace simplemente porque te quiere mucho.