Un secador. Una aspiradora. El timbre de casa. Hay muchos sonidos que pueden desquiciar a nuestros gatos. Objetos cotidianos como el robot de limpieza. O incluso situaciones que no podemos controlar, como una moto que arranca en la calle o nuestro vecino arrastrando sillas. Todo esto puede causar que nuestro gato salga corriendo y se esconda en un lugar seguro. Como dueños, no nos interesa tener gatos miedosos. Primero, porque no podemos controlar la reacción. Y segundo, porque en caso de que ocurra algo malo en casa, nos será imposible agarrar al gato para sacarlo del escondite.
Los gatos son bastante sensibles a los sonidos, pero no todos reaccionan igual a estos estímulos. Hay gatos más y menos miedosos, por lo que la reacción a un mismo ruido será diferente en cada animal. Del mismo modo, hay gatos que pueden llegar a sentir pánico con algunos ruidos, y en este caso, va a ser muy importante que hagas el ejercicio que vamos a explicarte aquí hoy.
Curar el miedo de los gatos al ruido: Introducción a la desensibilización y contracondicionamiento de felinos
Tu gato se pone hecho una fiera cuando sacas la aspiradora o cuando pones en marcha el secador de pelo. En el peor de los casos, su miedo hace que tu otro gato —al que no le da miedo nada de eso— reaccione también de forma similar. ¿Hay alguna forma de solucionar este problema? Pues sí, la hay. Aunque antes de empezar, te anticipamos que tendrás que poner de tu parte para arreglar este problemilla.
Captura el sonido
El primer paso, y el más importante de todos, es capturar ese sonido que atormenta a tu gato. Sí, lo estás pensando bien. Vamos a condicionar al gato con ese mismo sonido, aunque con calma y sin hacerle ningún tipo de daño. De hecho, este método que estamos explicando está testado por veterinarios y expertos en felinos, por lo que no hay nada que temer.
Simplemente, saca tu teléfono móvil y graba ese sonido que molesta a tu gato. Si tienes un micrófono bueno, pues mejor. Lo importante es que puedas capturar el sonido. En el caso de que sea algún sonido impredecible, busca la forma de capturar el sonido de forma continuada para luego rescatar ese fragmento en el que se produce el tono que molesta a tu gato.
¿Valdría utilizar el mismo dispositivo que hace el ruido? Sí, pero te costará mucho más llegar al objetivo. Estos son los motivos:
- El gato no podrá relacionar conceptos: si a tu gato le da miedo el aspirador, huirá incluso antes de escucharlo. Lo sacarás, él lo verá y actuará en consecuencia. Si usas únicamente el sonido, no podrá anticiparse.
- Volumen: una parte clave del entrenamiento que vamos a enseñarte es posible únicamente si puedes controlar el volumen.
Edita y haz un bucle
Tenemos ya ese sonido que pone de los nervios al michi. Tendremos que procesarlo un poco para que nos sirva. Lo ideal es que hagamos un bucle continuo con ese sonido. Recorta las partes del audio que no sirven y genera un archivo que puedas reproducir en modo bucle sin demasiadas interrupciones.
No hace falta que uses ningún tipo de software profesional. Hay muchas apps para móviles que permiten hacer esta tarea sin demasiada complicación. Unos cinco minutos serán más que suficientes.
Buscando la tolerancia
Entramos en materia. Vamos a condicionar psicológicamente a nuestro gato. Para ello, vamos a usar siempre el mismo equipo de sonido.
Pon el audio que has procesado al mínimo. Dale a ‘Play’ y reproduce el fichero. Ahora, empieza a subir el volumen poco a poco. Notarás que el gato no reacciona al principio. Conforme sube el volumen, se irá sintiendo molesto.
Toca ahora llegar a lo que los expertos llaman ‘línea de desafío‘. Básicamente, este es el punto en el que se separan ambas fronteras. Por debajo de esa línea, el gato no se quejará. Por encima, el gato sentirá miedo y huirá.
Hora de condicionar a tu gato
Lo creas o no, ya has hecho la parte más complicada de este proceso. Mantén el volumen en esa línea de desafío. El gato estará tenso, pero aguantará el tirón. Déjalo un buen rato.
Desensibilizar la línea
Cuando el gato se haya acostumbrado al sonido, toca empujar esa línea. Subiremos ligeramente el volumen (escribe en una nota el volumen que estableces para futuros ejercicios).
Lo que estamos haciendo es que la línea anterior le parezca normal y tolerable. Pero claro, si subimos el volumen, el gato se va a estresar. ¿Qué hacemos entonces? Pues recurrir a los clásicos sobornos que tan bien nos funcionan con nuestros gatos.
Pilla las chuches que más le gusten a tu gato o la comida que más ilusión le haga. A partir de ese momento, toca aplicar una nueva norma: el único momento del día en el que se comen chuches es cuando está el ruido.
Puedes extender todo esto para acelerar el proceso. Si tu michi quiere jugar, será en presencia del ruido. Si quiere caricias… ruido. No será tan desagradable para él por dos motivos: a cambio, tiene una recompensa. Y el audio no está tan fuerte como para hacerle huir de forma despavorida.
Creando nuevas líneas de tolerancia
Llegados a este punto, tu gato se acostumbrará a ese nivel de ruido. Lo que viene ahora es blanco y en botella. Volveremos a subir ligeramente el volumen para desensibilizar de nuevo esa línea.
Este proceso se llama desensibilización y contracondicionamiento. Gracias a esto, tu gato será capaz de tolerar todos esos ruidos que le aterran y podrá vivir de una forma más tranquila.
Incluso cuando retires el premio, el gato sabrá comportarse, pues en su mente habrá quedado la conexión de que ese sonido, lo quiera o no, es bueno.
Un consejo extra
Cuando hagas este entrenamiento, intenta que tu gato tenga cerca algún elemento que le haga sentir seguro. Observa al animal. Si cuando se asusta, sale corriendo y se mete en una caja, intenta que la caja esté en la misma habitación. Si huye de la habitación o se mete en un armario, el proceso se puede alargar hasta la eternidad.
Por norma general, conviene hacer esto en un lugar en el que el gato pase el día de forma cómoda, y con las puertas cerradas. Con unos minutos al día será más que suficiente para que pueda acostumbrarse al estímulo y vivir en armonía.
Ahora ya sabes lo que tienes que hacer para que tu gato pueda acostumbrarse a los sonidos fuertes y pueda vivir con mayor tranquilidad. Esperamos que te haya sido de utilidad y que te ayude a aumentar la calidad de vida de tu mascota felina.