Si conoces bien a tu gato, sabrás reconocer cuando se encuentra malito prácticamente a simple vista. Sin embargo, los gatos son animales poco comunicadores cuando se encuentran mal, por lo que si eres novato o no se te da bien reconocer los síntomas, seguramente solo te puedas dar cuenta de que tu gato no se encuentra bien hasta que vomite, tenga diarrea o tenga los ojos llororos.
¿Por qué los gatos esconden los síntomas? ¿Qué ganan con ello? Pues esto es una herencia de su etapa como animales salvajes. En la naturaleza, los gatos suelen cazar pequeños animales como pájaros o ratones. Sin embargo, los pequeños felinos también pueden ser presa de otros animales, por lo que ocultar cualquier signo de enfermedad es clave para no mostrar debilidad para no caer en las garras de un coyote, por ejemplo.
A continuación te daremos una lista con unos cuantos síntomas que suelen manifestar los gatos cuando se encuentran enfermos. Si has llegado aquí buscando esta información y tu minino muestra uno o varios de estos síntomas, no dudes ni un segundo en acudir a un profesional veterinario.
El gato se esconde más de lo normal
¿Recuerdas cuando dije que los gatos en la naturaleza son tanto depredadores como presas? De ello se deduce que si un gato está enfermo, no quiere que nadie lo sepa, y tiene el instinto de esconderse y protegerse.
Hemos comenzado el post hablando de que un gato enfermo hace todo lo posible por no manifestar enfermedad. Pero… ¿qué haría un gato enfermo en la naturaleza para no morir atacado por otro depredador cuando se encuentra mal? Es evidente, trataría de esconderse por si, unos días más tarde, la enfermedad se curara de forma natural.
Tu gato doméstico ha heredado ese mismo instinto, así que es probable que se esconda en el momento en el que se encuentre mal. Debes diferenciar esta conducta. Tu gato se esconderá también en un armario por puro juego o incluso buscará el lugar más recóndito de tu casa si tiene miedo a las visitas. Necesitarás conocer un poco a tu mascota y diferenciar cuándo es juego o terror y cuándo es enfermedad. Normalmente, cuando se esconden por encontrarse mal, lo hacen delante tuya. Incluso, en ocasiones, si les dejas el transportín abierto, ellos mismos se meten dentro a refugiarse.
Si últimamente estás viendo a tu gato menos de lo habitual, comienza a sospechar. Si suele ser sociable y ha pasado a estar escondido, mira el resto de síntomas de esta lista, porque podría estar enfermo.
Tu gato tiene el tercer párpado prolapsado
¿Sabías que los gatos tienen tres párpados? Los gatos tienen dos párpados al igual que los humanos, pero luego tienen un tercer párpado protector llamado nictitans o membrana nictitante. Es de color rosa y normalmente cuelga en la esquina inferior interna de la cuenca del ojo.
Es posible que puedas verlo cuando su gato duerme mucho —o si le abres un ojo con el dedo mientras se echa la siesta—. El tercer párpado también se levanta cuando el gato se siente mal y cuelga hasta la mitad, cubriendo la mitad del ojo.
Si de un día para otro, comienzas a ver el tercer párpado de tu gato con más frecuencia, o incluso cuando el gato está despierto, mal asunto. Si el tercer párpado está rojo o hinchado, es una señal de que tu gato está enfermo, así que pide cita con su veterinario.
Tu gato no salta, ni escala ni sube escaleras
Los gatos son atletas naturales y les encanta saltar y trepar y estar en espacios altos. Cuando un gato deja de saltar es una señal de que algo está pasando. La razón más común por la que los gatos dejan de saltar es el dolor en las articulaciones debido a la artritis.
La artritis es muy común en los gatos mayores, sólo que no solemos reconocer los signos. Los gatos no tienden a cojear o a llorar cuando tienen dolor en las articulaciones, simplemente dejan de saltar y trepar. También duermen más.
Si notas que tu gato, que antes era activo y le encantaba correr, saltar y jugar, ha dejado de realizar esas actividades y en su lugar se limita a caminar. O si notas que tu gato duda en subir o bajar escaleras, tu gato podría estar experimentando dolor por artritis.
Tu gato ya no tiene ganas de comer
Todos sabemos que los gatos pueden ser exigentes con lo que comen. Si tu gato ha sido quisquilloso durante toda su vida y lo ha examinado un veterinario, probablemente no sea un signo de enfermedad en tu gato. Sin embargo, si su gato tenía buen apetito anteriormente y de repente ha rechazado la comida, es probable que haya un problema con la comida o que el gato no se encuentre bien.
Es extremadamente importante que su veterinario intervenga si tu gato no ha comido durante 48 horas, porque cuando los gatos no comen durante varios días desarrollan un problema hepático potencialmente mortal llamado lipidosis hepática. Si su gato deja de comer durante más de un día, o si tu gato disminuye la cantidad que come durante varios días, llame a su veterinario y haga que lo vea.
Tu gato desarrolla repentinamente un apetito voraz
Sé que acabamos de decir que si un gato deja de comer es un signo de enfermedad, pero lo contrario también puede ocurrir. Varias condiciones en los gatos, incluyendo la diabetes mellitus, el hipertiroidismo y el síndrome de Cushing pueden causar un aumento repentino en el apetito de un gato.
Si tu gato de repente está comiendo más y está delgado o perdiendo peso esto es definitivamente una señal de que tu gato necesita atención veterinaria.
Tu gato está perdiendo peso
La pérdida de peso inesperada en un gato se debe a que no come suficientes calorías o las quema demasiado rápido. Los gatos pueden no comer lo suficiente si están estresados, con dolor por cualquier motivo, incluida una enfermedad dental, o si tienen náuseas.
Esto puede ocurrir con muchas afecciones, como la enfermedad renal, la inflamación del tracto urinario o la pancreatitis. Otra posibilidad es que los gatos coman lo suficiente, pero pierdan calorías por enfermedades como parásitos intestinales, cáncer o diarrea.
Tanto si sospechas que tu gato tiene parásitos intestinales como si piensas que ha perdido demasiado peso, lo más correcto es acudir a un profesional a que le recete la medicación adecuada y compruebe si el animal está o no en su peso correcto.
Tu gato bebe mucha agua y orina mucho
Varias afecciones como la enfermedad renal, la diabetes mellitus y el síndrome de Cushing, hacen que un gato beba mucha agua y haga mucho pipí.
Si tu gato, de repente, se acerca mucho al cuenco de agua, vacía el cuenco más rápidamente, hace viajes más frecuentes a la caja de arena o hace lagos en el arenero, es probable que sea una señal de que tu gato está enfermo.
Intenta llevar una muestra de orina al hospital veterinario para que el personal pueda analizarla en busca de enfermedades.
Tu gato hace pis y/o caca fuera del arenero
Es hora de desmontar un mito. Los gatos no son rencorosos cuando orinan o defecan en tu cama, alfombra o cualquier otra cosa que utilicen como su retrete personal. Cuando los gatos hacen esto es una señal de que necesitan ayuda.
Cuando los gatos hacen sus necesidades fuera del arenero, los veterinarios llaman a este concepto «eliminación inadecuada», y es una señal de que algo no va bien con tu gato. El estrés por cualquier causa, incluidos el dolor y los trastornos gastrointestinales y urinarios, suelen ser una causa de eliminación inapropiada.
Tu gato tiene un pelaje grasiento o ha dejado de acicalarse
Los gatos sanos suelen ser muy exigentes con el aseo. Si tu gato deja de acicalarse, es una señal de que algo está provocando que abandone su rutina de higiene diaria. Esto se debe a causas como el dolor, las náuseas o el estrés.
También la obesidad puede interferir en la capacidad de un gato para acicalarse correctamente y puede dar lugar a la formación de esteras u otros problemas de pelaje.
Además, si tu gato tiene un pelaje graso con excesiva caspa, puede ser una señal de que no se está acicalando correctamente o puede ser un signo de una enfermedad de la piel llamada seborrea, que puede tratarse.
Tu gato pone caras raras al comer o se le cae la comida de la boca
Seguro que has visto en las redes sociales los vídeos en los que un gato se alimenta de algo, a menudo frío, y después de dar uno o dos lametones pone un careto gracioso.
Mientras nosotros, los humanos, nos reímos de esto, al gato no le hace mucha gracia porque la cara graciosa se debe a un diente doloroso o sensible.
Las lesiones odontoclásticas resortivas felinas, FORL por sus siglas en inglés, son problemas dentales en los gatos similares a las caries en los humanos, salvo que no están causadas por bacterias. No se conoce la causa exacta de las LOD, pero sabemos que esta enfermedad corroe los dientes, dejando al descubierto la cavidad pulpar y provocando dolor e inflamación.
Así que cuando veas que un gato pone una cara rara después de comer algo (normalmente frío) es porque ese gato tiene dolor y necesita ver a un veterinario.
Por otro lado, si tu gato hace el amago de comer, pero se le cae la comida de la boca, puede deberse a una inflamación de los intestinos o el estómago. Si el problema persiste, o está acompañado de vómitos o algún que otro síntoma que hemos descrito en este artículo, ya sabes. Toca subirlo al transportín y hacerle una visita al veterinario.
Gracias a estos pequeños apuntes, podrás reconocer el dolor en tu gato aunque él esté tratando de ocultarlo. Con esta información podrás cuidar mejor de tu gato, mejorando su calidad de vida y haciendo que pueda estar más tiempo junto a ti. Si crees que esta información puede servirte en un futuro, no dudes en añadir esta página a favoritos para poder consultarla más adelante en caso de que un día sospeches de que tu gato no se encuentra del todo bien.