Todos sabemos que un gato necesita una dieta sana y equilibrada para tener una vida plena. Le buscamos la mejor marca posible, medimos los gramos necesarios, y aún así se queja de que no es suficiente. ¿Cómo puede ser esto posible?
¡No desesperes! Aunque hay muchas razones por las que tu gato parece no estar nunca saciado, es fácil hacer un poco de investigación. Aunque lo mejor es consultarlo con tu veterinario de confianza, no está de más barajar posibles causas. Aquí te dejamos una lista de las razones más comunes por las que los gatos comen en exceso:
Puede tener parásitos
Si has adoptado al animalito hace pocas semanas de la calle o de una protectora, es muy posible que tenga parásitos intestinales. Al haber estado viviendo en el exterior, las posibilidades de haber tenido pulgas y haberlas ingerido aumentan el riesgo de este tipo de afecciones.
Un gato con parásitos intestinales comerá más, puesto que como huésped está compitiendo por los nutrientes que ingiere. Si ves que el gato come de forma exagerada pero no consigue ganar peso, llévalo al veterinario. Éste te pedirá una muestra de heces para investigar si tiene parásitos como la tenia.
Si acabamos de adoptar a un gato o gatito, no debemos descartar nunca esta posibilidad, incluso si procede de una protectora de animales. Aunque la asociación de animales te asegure que el gato está desparasitado, no pueden ofrecer garantías reales si no tiene una cartilla de vacunación y desparasitación oficial.
Hemos de entender que las protectoras hacen lo que pueden, muchas veces con escasos recursos, y es casi imposible completar las pautas de medicación antes de que se realice la adopción. La presencia de estos parásitos no significa que el gato haya estado en condiciones insalubres mientras vivía en la protectora. De hecho, la forma de infección más común es a través de la leche materna. Por tanto, si la mamá de nuestro michi era una gata callejera, toda su camada puede padecer de parásitos intestinales.
¿Cómo saber si mi gatito tiene parásitos intestinales?
Si ves que tu gatito está en edad de crecer, pero por mucho que coma no gana peso, es un indicio de un problema digestivo. Durante su primer año de vida, el gato pasa de ser un recién nacido hasta su etapa adulta, por lo que debemos esperar un aumento estable de peso.
Si durante semanas pesa los mismos kilos y gramos, a pesar de alimentarse de comida para gatitos hipercalórica, debes llevarlo al veterinario. Otros indicios son la presencia de granitos en forma de arroz en las heces, en la zona del culito, o en donde duermen. También puede sufrir de diarrea, y tener el pelaje ralo y sin brillo. Esto nos indicará que tiene de invitada indeseada alguna tenia. Lo bueno es que no es común contagiarse, y la medicación desparasitadora es muy eficaz.
No tiene el pienso adecuado
Al igual que los humanos, los gatos tienen unas necesidades calóricas variadas a lo largo de su vida. Durante sus primeros meses de vida, necesitan una cantidad ingente de calorías que quemarán jugando y creciendo. Una vez que estén esterilizados, su metabolismo se ralentizará y se volverán más sedentarios. Aquí empezarán a necesitar menos calorías.
A partir de su etapa adulta, y entrando en la vejez, necesitarán menos alimento por peso. Existen algunas excepciones: por ejemplo, las gatas embarazadas y lactantes tendrán unas necesidades calóricas más altas que de costumbre.
Por otro lado, los gatos ancianos y enfermos necesitan cada uno de ellos un pienso específico. Los gatos con problemas urinarios llevarán una dieta baja en proteína para no sobrecargar sus riñones; los gatos obesos necesitarán un pienso hipocalórico para intentar controlar su peso; etc.
Puede que tu gato esté comiendo un pienso que no es el adecuado para su etapa de vida. Este es un error común entre los nuevos dueños de michi, que no están acostumbrados a los distintos tipos de comida para gatos que existen.Tal vez le estés dando comida de adulto a un gatito joven, que necesita más nutrientes. Esto puede llevar a que siempre tenga hambre, aunque le des la cantidad adecuada para su peso.
Otro error común es ofrecerle alimento para gatos esterilizados, cuando todavía no ha pasado por este proceso. Si te confunden tanta variedad de alimentos, te aconsejamos pedir asesoramiento en la tienda de animales.
Se aburre
Al igual que los humanos, algunos gatos se acercarán al frigorífico –o en este caso cuenco– para picotear de puro aburrimiento. Comer es una forma de pasar el tiempo y tener un chute de dopamina.Si nuestro gato carece de estímulos externos, recurrirá a la comida para sentir algo.
Por eso, siempre recomendamos enriquecer el día a día de nuestros gatos domésticos. Cosas como juguetes, estancias adaptadas para ellos, escondites donde descansar, o un sitio con buenas vistas para mirar por la ventana. Además, las sesiones de juego y las rutinas de cepillado ofrecerán estímulo y otro tipo de disfrute a nuestro gato. Debemos crear momentos placenteros en el día de nuestro gato, más allá de cuando rellenamos el bol de pienso.
Falta de un horario de comidas
Los gatos son animales de rutina, y son más felices cuando pueden predecir los acontecimientos. Un estilo de vida errático, en el que no saben cuándo van a recibir comida, les produce ansiedad e incertidumbre. Por esto, un horario fijo de comidas hará que se sienta seguro y, como mínimo, empiece a reclamar su ración de pienso a unas horas en concreto.
Si tu estilo de vida –horarios de trabajo, clases, compromisos sociales– hace imposible estar en casa para darle a una hora establecida sus comidas, una solución puede ser hacerse con un dispensador automático. Existen en el mercado decenas de modelos, desde los más sencillos y asequibles, hasta los más avanzados con tecnología puntera. Si quieres aprender más sobre ellos, puedes encontrar aquí una lista con los comederos más populares actualmente.
Posible enfermedad
Como todo en esta vida, el hambre continua sí puede ser indicio de un problema de salud en nuestro gato. Aunque lo mejor es consultar con nuestro veterinario antes de saltar a conclusiones, estas son algunas de las posibles causas de un aumento del apetito desproporcionado en felinos domésticos:
- Hipertiroidismo: Este desbalance hormonal suele resultar en una pérdida de peso a pesar de que el gato ha aumentado su ingesta calórica. Otros signos clásicos de esta enfermedad son los vómitos, pérdida de masa muscular, y aumento de la sed y la orina. Además, se pueden observar cambios en el comportamiento, como hiperactividad, aumento en la cantidad de maullidos, y nerviosismo general.
- Diabetes: Esta enfermedad también resulta en un aumento del apetito a pesar de que se aumenta el consumo de comida. Otro indicio de que nuestro gato sufre diabetes es que empieza a beber mucha más agua, con el consecuente aumento en orina y veces que acude al arenero.
- Cáncer: Algunos cánceres intestinales pueden aumentar la necesidad calórica de nuestro gato, por lo que su apetito aumenta sin llegar a ganar peso. Sin embargo, recuerda consultar con un experto veterinario antes de ponerte en lo peor.
¿Crees que has dado con la tecla de por qué tu gato siempre quiere comer? Esperamos que este artículo te haya sido de ayuda. Si quieres seguir aprendiendo sobre gatos, te invitamos a pasarte por nuestra sección de Alimentacion.