A menudo, los dueños de mascotas suelen hacerse eco de distintas modas y formas de cuidar a los animales a través del boca a boca o a las redes sociales. La dieta BARF es una de esas que se ha hecho popular últimamente. Puede que hayas escuchado algo sobre ella en la tienda de animales de tu barrio, o a través de algún tipo de comentario en Twitter, Facebook o Instagram. Pero… ¿En qué consiste esta dieta? ¿Es buena para mi gato? ¿La aconsejan los veterinarios? Hoy profundizaremos sobre este tema y determinaremos si conviene o no que tus animales preferidos de cuatro patas sigan esta forma de alimentación de la que tanto se habla,
¿En qué consiste la Dieta BARF?
La dieta BARF se trata de una forma de alimentación para perros y gatos basada en la toma de alimentos crudos. Esta dieta intenta imitar la forma de alimentación natural que han tenido estos animales omnívoros y carnívoros durante milenios, antes de que se implantaran los piensos comerciales.
B.A.R.F. es el acrónimo de Biologically Appropriate Raw Food, aunque en español se suele usar el acrónimo ACBA para decir «Alimentos Crudos Biológicamente Apropiados«. No obstante, hay cierta sorna entre los opositores de esta dieta justo por su nombre, y es que la palabra barf en inglés significar ‘potar’ o ‘echar la papilla’. Las siglas y la coincidencia resultan en un nombre poco afortunado, cuanto menos.
¿Sirve la dieta BARF para prevenir las bolas de pelo?
A pesar de cómo pueda sonar la dieta BARF, no fue creada para contrarrestar los vómitos ni bolas de pelos que suelen tener los felinos.
Simplemente, su finalidad es replicar la forma en la que los gatos se alimentaban en la naturaleza antes de que los seres humanos interviniéramos y comenzáramos a fabricar pienso para ellos. Los gatos son totalmente carnívoros, a diferencia de los perros. Por tanto, una dieta BARF para felinos está totalmente basada en proteínas animales. Más o menos como un pienso de una buena marca, pero sin darle al animal el alimento seco que todos conocemos.
Al tratarse de alimentos frescos, la dieta BARF contiene un mayor nivel de humedad que una dieta basada en piensos comerciales tradicionales. Esto puede ayudar de forma colateral a la mejor hidratación y digestión de las bolas de pelo. Por eso, algunos dueños de mascotas que practican esta dieta sí ven una reducción en la cantidad de vómitos y estreñimiento por bolas de pelo en su mascota. Sin embargo, estos son indicios anecdóticos y no están respaldados todavía por estudios científicos.
Beneficios de la dieta BARF para felinos
El metabolismo de los gatos utiliza la proteína como principal fuente de energía, a diferencia de otros animales, que se basan en los hidratos de carbono.
Los gatos necesitan varios aminoácidos, entre ellos la taurina, la vitamina A, la vitamina D y el ácido araquidónico. Este último no pueden sintetizarlo (es decir, su cuerpo no es capaz de crearlo a partir de otros elementos), por lo que debe estar presente en su dieta para mantener su salud.
La dieta BARF / ACBA puede suplir todas las necesidades alimentarias de un felino si se monitoriza correctamente. La dieta BARF aplicada a gatos utiliza carne cruda, pescado y entrañas (órganos internos) de varios animales como ingredientes principales. Los huesos crudos, que son una fuente esencial de calcio y fósforo, también están presentes en menor porcentaje. En las marcas de comida BARF que se comercializan también se añaden suplementos vitamínicos o minerales para asegurar una dieta equilibrada.
¿Puedo hacer la comida BARF en mi casa?
Crear tu propio menú BARF te da control sobre lo que come tu gato, pero no es tan sencillo como lo pintan. A fin de cuentas, esta dieta no es tan solo darle carne cruda. Desgraciadamente, no existen recetas de comida BARF perfectas que te ayuden a suplir todas las necesidades de tu mascota.
Incluso si consigues una buena receta, creada especialmente por un nutricionista veterinario expresamente para tu gato, será difícil mantener las proporciones exactas de ingredientes. Esto podría provocar una deficiencia o exceso nutricional a la larga. Si deseas probar la dieta de alimentos crudos, empieza con algunas de las comidas BARF que están a la venta. Estas han pasado el control de las asociaciones veterinarias y por tanto, son seguras para el consumo animal. A partir de ahí, puedes probar otras recetas bajo el visto bueno de tu veterinario.
Cosas a tener en cuenta al tener una dieta cruda para tu gato
Tanto la comida comercial BARF como la preparada en casa pueden tener niveles de contaminación de salmonela, listeria y E. Coli mayores en comparación con otras comidas en el mercado. Ten muy en cuenta que si decides por tu cuenta dar esta dieta a tu gato o perro sin conocimientos técnicos. Puedes cometer errores y hacer un daño grave al animal.
Nuestra recomendación es que procedas con cautela, bajo la recomendación de un experto veterinario y únicamente si tienes los conocimientos necesarios para procesar comida de forma segura. De lo contrario, podrías dar a tu mascota comida plagada de patógenos.
Riesgos de la dieta BARF
Los gatitos muy jóvenes, mayores o inmunodeprimidos estarán expuestos a posibles enfermedades contraídas de la alimentación cruda si los ingredientes están contaminados.
La carne aviar comercializada puede contener bacterias como la Salmonela o la Campylobacter, que son fáciles de destruir si se cocina de forma segura, pero prevalecen si la carne no es tratada a una temperatura adecuada.
Hay que tener en cuenta esto cuando compremos y manipulemos carne cruda para alimentar a nuestras mascotas. Si tu gato no está sano, una dieta BARF podría suponer más daño que beneficio.
¿Qué opinan los veterinarios de la dieta BARF / ACBA?
Las Asociaciones de Veterinarios de todo el mundo no son fans de la dieta 100% cruda, y menos todavía si está hecha en casa. Según los veterinarios, el riesgo de contaminación durante la preparación y la calidad de los ingredientes no compensa los posibles beneficios nutricionales.
En general, no deberías dejarte convencer de las palabras de cualquier vendedor de las grandes cadenas de tiendas para animales. El encargado de una tienda en cuestión no tiene por qué ser un veterinario —o haber acabado la carrera— y podría recomendarte productos únicamente porque se lo exigen desde arriba o porque tienen una cuota que vender. Esto no quita que existan productos procesados para gatos o perros que pueden complementar su dieta de una forma más variada. Puedes probar algunos productos para enriquecer la dieta de tu gato, pero nunca deberías tomar la decisión de cambiar radicalmente su forma de alimentación sin preguntar previamente a su veterinario.
Pregúntale a tu veterinario; esta persona conoce el historial de salud de tu gato y podrá sopesar si le conviene una dieta cruda. Podrá darte ideas de cómo introducir alimentos que ayuden a tu gato a mejorar su salud. No tienen por qué ser crudos, a lo mejor solo necesita un complemento vitamínico, de taurina o extracto de malta para mejorar su calidad de vida.
Por tanto, habla con tu experto antes de poner en marcha ningún tipo de dieta para tu mascota. Los gatos son especialmente sensibles a la hora de hacer cambios de dietas, por lo que, si el veterinario da el visto bueno, probablemente tendrás que hacer una transición lenta hacia esa dieta.