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Siamés

Ficha Técnica

  • Raza: Siamés
  • Otros nombres: Siamés moderno, Siamés tradicional, gato Thai
  • Otros idiomas: Siamese en inglés, Maeo Thai en tailandés
  • Origen: Antiguo reino de Siam, en la actualidad conocido como Tailandia
  • Altura: 27-31cm
  • Peso: Machos, 4-6kg / Hembras, 2,5-4,5kg
  • Esperanza de vida: 15 años, aunque existen muchos casos documentados de gatos siameses llegando a cumplir más de 20 años.
  • Temperamento: Extremadamente cariñosos y sociables.
  • Inteligencia: Muy alta
  • Actividad: Alta
  • Bueno con: Sus dueños, humanos de la unidad doméstica
  • Juguetonería: Alta
  • Longitud del pelo: Corto
  • Tipo de muda: Escasa
  • Color del pelo: Marrón pardo, azul, chocolate y gris liláceo.
  • Patrón del pelo: Pelaje mucho más oscuro en las zonas de temperatura corporal baja: patas, cola, oreja y hocico.
  • Otras cualidades: Maullan y ronronean muy fuerte.

Historia del gato Siamés

Esta raza de gatos siameses se consideraban mascotas exclusivas en el antiguo reino de Siam. Eran animales sagrados, exclusivos de la corte real y los recintos religiosos. Servían como guardianes de documentos preciados y objetos de valor en los templos budistas.

Existen manuscritos fechados del siglo XIV al XVIII que documentan la existencia de los gatos siameses, así como una descripción detallada de su aspecto. Debido a su exclusividad, no se exportaron al extranjero hasta el siglo XIX, cuando llegaron a Bretaña. En 1871, los primeros gatos siameses aparecen como parte de la exhibición en el Crystal Palace de Londres. Causan furor entre el público, aunque a algunos les produce rechazo el aspecto tan peculiar y distinto que tienen en comparación con otras razas de gatos.

De los palacios y templos tailandeses, llegó a La Casa Blanca en 1878, cuando un diplomático estadounidense que trabajaba en el consulado de Bangkok mandó como regalo un espécimen de gato siamés a la Primera Dama Lucy Hayes, esposa del presidente Rutherford B. Hayes. A principios del siglo XX, el gato siamés ya aparecía en concursos felinos en Estados Unidos.

Debido a su popularidad, la raza se ha utilizado como matriz de muchas razas modernas de gatos, como el Ocicat, el Himalayo, el Birmano, el Tonkinés y las razas orientales, como el oriental de pelo corto, el oriental de pelo largo y el balinés.

Existen dos variedades de siamés distintas: el siamés moderno, y el siamés tradicional o tailandés. Aunque son de personalidad y temperamento similar, la apariencia física de estas dos variedades difiere mucho.

Apariencia del gato Siamés

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El siamés es un gato de tamaño mediano, aunque con buena musculatura. Tiene las patas largas y delgadas. Tiene una cabeza triangular con las orejas altas y puntiagudas. Los ojos son almendrados y de un color azul brillante.

El gato siamés es de pelo corto y pegado al cuerpo. Lo que más atrae la atención de él es el contraste entre el color de su cuerpo con el de las patas. El color del pelaje de las orejas, la cola y los pies es diferente al del cuerpo, y este color más oscuro se funde gradualmente con el color más claro del cuerpo. La cara también muestra una máscara del mismo color, solo que más intenso. Esta máscara cubre la cara, rodea los ojos y cubre las almohadillas de los bigotes. Cuando nace, es un gatito blanco al que se le oscurecen paulatinamente las manchas del pelo conforme va creciendo.

Etapas del gato Siamés

  • Joven — De 3 meses a 2 años
  • Adulto — A partir de los 2 años
  • Senior — A partir de los 8 años

Personalidad del gato Siamés

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Si eres de esas personas que se pueden quedar hablando con las paredes, el gato siamés es la mascota idónea para ti. Tienen una reputación bien ganada de parlanchines. Mientras que otras razas de gatos son silenciosas a más no poder, los siameses son muy dados a maullar, ronronear y cacarear. Si les hablas, no dudarán en responderte en un diálogo con el que se hacen entender. ¿Que no tienes ganas de darle palique? No pasa nada; el gato siamés puede marcarse un monólogo de diez minutos él solo, sin intervención necesaria por parte de su interlocutor humano. Solo le hace falta tener un espectador que oiga su discurso.

Los gatos siameses son especialmente sociables. Si sales a trabajar y no va a haber nadie más en casa durante horas, tu gato siamés lo pasará mal. Los siameses suelen sufrir trastorno de ansiedad por separación. Lo más recomendable es que, como mínimo, tenga compañía gatuna para apaciguar su soledad. Es por esto que los gatos siameses suelen ser representados de dos en dos, como los periquitos.

Aunque la reputación de villanos que ganaron en la película La Dama y el Vagabundo fue una difamación injusta, es cierto que estos gatos tan inteligentes necesitan estímulo para no aburrirse. Si los dejas a su aire, se las ingeniarán ellos solos para realizar alguna que otra travesura con la que entretenerse. Eso sí, los siameses no odian a los perros spaniel ni a los bebés, por mucho que intente desprestigiarlos Disney.

Esta raza no es para aquellos que buscan un compañero tranquilo: los siameses necesitan paciencia, atención y afecto. Sin embargo, para aquellos que quieren un compañero felino leal, el siamés es la raza perfecta.

Necesidades del gato Siamés

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Los gatos siameses, a pesar de ser de pedigrí, no suelen tener necesidades diferentes a las de otros gatos. Como el resto de felinos, necesita una dieta alta en proteínas y que contenga taurina.

A los siameses les gustan mucho las alturas. Si no quieres que te tire las cosas o se suban a los muebles, un árbol para gatos será la solución idónea a este problema.

Cuidados del gato Siamés

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Debido su pequeño tamaño, los gatos siameses tienden al sobrepeso. Lo que es mejor medirles la cantidad de comida diaria que comen para evitar el aumento de peso. Además, debemos preocuparnos de que juegue y haga un poco de ejercicio todos los días.

A pesar de tener un pelaje corto, es recomendable cepillar a tu gato siamés al menos una vez a la semana. Al pasarle un cepillo de púas de acero suavemente, retiraremos los pelos que ya se han caído y el polvo que se ha quedado atrapado en su pelo. Tu gato estará más guapo, limpio, y se tomará el ritual de cepillado como un momento para estrechar lazos afectivos.

Como el resto de gatos, el siamés puede desarrollar problemas dentales con el paso de los años. Para evitar problemas gingivales, lo mejor es acostumbrarles desde pequeños a que les cepillen suavemente los dientes con un cepillo y pasta especial para gatos y perros. Un cepillado de dientes semanal —o más a menudo, si es posible— ayudará a mantener sana la dentadura de tu gato.

Salud, Vida y Enfermedades Frecuentes

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Los siameses puede desarrollar varios problemas oculares. Muchos gatos siameses tienen los ojos cruzados (también conocido como estrabismo). Esto se considera normal en la raza y no requiere tratamiento. Algunos siameses pueden heredar una enfermedad llamada atrofia progresiva de la retina, que les hace quedarse ciegos gradualmente. No hay tratamiento ni cura para esta enfermedad, por desgracia.

El gato siamés también tiene más posibilidades de desarrollar asma felina, que se produce cuando las vías respiratorias de los pulmones se estrechan o se inflaman. Si notas que tu gato desarrolla una tos sibilante, o se le oye la respiración mientras duerme, llévalo al veterinario para que le examinen. Existen tanto inhaladores como medicamentos orales que ayudan a controlar los síntomas del asma felina.

Curiosidades sobre el Gato Siamés

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En la antigüedad, se creía que estos gatos siameses podían guiar las almas al otro mundo. Es por esto que se tenía costumbre dejar un siamés cerca del cuerpo del fallecido durante unas horas, para que le ayudara en su camino hacia el más allá.

Existen numerosas leyendas relacionadas con los siameses. Estas incluyen historias extravagantes que explican los rasgos del gato. Incluso existe un relato que explica el estrabismo tan común en los siameses:

Cuenta la leyenda que el gato siamés de un templo budista, encargado de custodiar un valioso jarrón, se tomó tan en serio su cometido que enroscó su cola alrededor del jarrón y se quedó contemplándolo con tanta intensidad, que sus ojos quedaban permanentemente cruzados. Todos los gatos siameses con estrabismo son descendientes de ese guardián tan aplicado.