Inicio » Salud y Bienestar » 7 cosas que no debes hacerle nunca a tu gato

7 cosas que no debes hacerle nunca a tu gato

Hay pequeñas cosas que pueden hacer feliz a tu gato. Hay felinos que se llenan de alegría cuando llegas por casa. Otros te ronronearán durante un rato si abres una lata de su comida húmeda favorita. Y algunos se conforman con mucho menos, pues llegarán a flipar con una caja de cartón. Sin embargo, también hay muchas cosas que puedes hacer sin darte cuenta y que hacen daño a tu gato. Aquí tienes siete cosas que no deberías hacerle jamás a tu mascota felina:

Nada de beber leche

Los gatos son intolerantes a la lactosa. Mamíferos, sí. Pero intolerantes a la lactosa. Pasada la etapa de lactancia, tu gato no debería volver a probar una gota de leche.

Y sí, lo sabemos. Hay un montón de vídeos por ahí de granjeros que le dan leche a los gatos, e incluso michis que se asocian con vacas para beber leche recién exprimida. Los gatos echan bastante de menos el sabor y el contenido graso de la leche cuando son adultos, por lo que si les pones un plato por delante —o un animal capaz de suministrarle susodicho manjar—, lo van a aprovechar.

La leche es bastante dañina para los gatos, sencillamente porque las enzimas capaces de procesar la lactosa desaparecen de sus sistemas digestivos cuando crecen. Eso les hace tener digestiones muy pesadas y tener incluso diarrea.

Visita tu veterinario cada año

El gato es un animal bastante independiente, por lo que es bastante común que los dueños les den menos importancia a los cuidados que a los perros. También es cierto que determinados gatos pueden armar un numerito antes de subirse a un transportín y ser llevados a un sitio extraño que no conocen.

Sin embargo, debes llevar a tu gato cada año a una revisión. Ya sabes que los gatos son bastante orgullosos y suelen esconder bastante sus síntomas de dolor. Pero todavía hay más. Hay algunos detalles que los que no somos veterinarios pasamos por alto, y requieren bastante atención. Un tema muy importante es el sarro. Si un veterinario no detecta a tiempo el sarro de tu gato y le hace una intervención para retirarlo, tu gato acabará perdiendo los dientes. En el peor de los casos, tendrán que extraerle los dientes para que dejen de sufrir, siendo una operación bastante agresiva. Así que, por favor, no lo dejes pasar. Hazlo por tu michi.

No disfraces a tu gato

disfraz gato

Es gracioso eso de ponerle a tu gato un disfraz de Pikachu para decir que fue tu primer Pokémon. Sin embargo, al pobre gato seguro que no le hace la misma gracia. ¿Por qué?

Básicamente, por los bigotes y la piel. Los gatos son bastante sensibles en general, y cuando se les pone ropa encima, se sienten muy incómodos. Respecto a los bigotes, son muy sensibles, y no están solo en la zona de la cara, sino que también hay filamentos que hacen la misma función detrás de las patas.

No obstante, tampoco hay que ser extremistas. Si alguna vez has disfrazado a tu gato —o tenías pensado hacerlo—, simplemente debes saber que es altamente probable que se enfade contigo si lo haces.

No seas pesado con tu gato

Niña sonriente y relajada jugando con su mullido gato. Foto de interior de la señora increíble sosteniendo mascota.

Esta es la más dolorosa porque nos pasa a todos. Tienes ahí a tu gato en su sitio favorito, con su nariz rosita y su pelaje frondoso y te entran ganas de acariciarlo. Bueno… de acariciarlo, estrujarlo y darle muchos besos. Y lo que iba a ser una interacción muy dulce acaba con un arañazo, un mordisco o con el gato huyendo a esconderse.

Por desgracia, los gatos no son tan agradecidos con las interacciones sociales como los perros. Viven cono en su burbuja, y la mayoría de las veces no quieren que interactuemos con ello con caricias y besos. Forzar esa interacción les molesta. De hecho, puedes notarlo porque mueven la cola enérgicamente, te paran con la pata o te pegarán un bonito mordisco. La sobreestimulación también puede hacer que el gato huya de donde estaba tranquilamente o que incluso llegue a tacarlos con las uñas.

¿Qué hay que hacer entonces? Cada gato es diferente, por lo que tendrás que conocer a cada uno. Si el gato es cariñoso, llegarás a identificar los momentos en los que quiere recibir cariño y los que prefiere estar a su aire.

Eso sí, puedes forzar esa interacción con algo de chantaje. Por ejemplo, con una chuche para gatos. Puede que el gato no quiera ponerse en tu regazo, pero si a cambio hay una chuche, lo mismo se lo piensa.

Eso sí, este truco que te acabamos de dar no es perfecto. Si algún amigo o familiar viene a casa y lo utiliza, el gato acabará siendo más listo y verá a esa persona como una especie de piñata que da chuches. Tal y como se acabe el premio, se acabará la interacción.

Por tanto, es más interesante esperar a que el propio animal se acerque a la persona y muestre interés tras un periodo en el que determine que es de fiar.

No castigues a tu gato

castigar gato.jpg

Nunca, bajo ningún concepto, castigues a tu gato. Ellos no funcionan así. No entenderán jamás lo que es el castigo. Si lo haces, el gato lo único que pensará es que eres una persona impredecible, y deteriorarás bastante tu relación con él.

Así que nada de spray de agua, ni gritos ni mucho menos agresiones físicas, aunque sean suaves. Los gatos no entienden el castigo —aunque sí saben entender que te enfada que hagan cosas que no te gustan—. Además, por mucho que castigues a un gato cuando hace algo mal, nada quita que vuelva a repetir el mal comportamiento cuando no estés delante.

Tu gato no quiere ser influencer

Hemos hablado de los disfraces, pero también tenemos que entrar en el terreno de la creación de contenido. Puede que tengas una cuenta de Instagram para tu gato, o incluso un perfil en TikTok donde subes todas las chorradas que hace tu michi. No te vamos a decir que eso sea malo. Lo que sí debes tener en cuenta es que no deberías forzar al animal a situaciones desagradables con tal de hacer vídeos graciosos.

En las redes vale todo con tal de ser viral. Sin embargo, ganar unos likes o unos followers puede dinamitar por completo tu relación con tu gato. Haz solo contenido de cosas que no pongan en peligro a tu gato o que no lleguen a generarle estrés al animal.

Bajo ningún concepto quites las garras a tu gato

No hablamos de recortar las uñas, sino de la operación para retirar las garras a los gatos. Por lo general, esa práctica está perseguida en muchos países porque es una mutilación. Para el gato, extirparle las garras es como si a ti te cortaran las falanges de los dedos.

Un gato sin garras se convierte en una especie de eunuco, en un mutilado. Los gatos usan sus uñas para muchas cosas, como para marcar o incluso liberar estrés. Hay gatos que incluso se niegan a usar el arenero cuando les extirpan las garras. Sin ellas, tendrás a un animal que sufrirá cada día. Así que piénsatelo diez veces antes de hacer semejante atrocidad.

La solución a todo esto es muy sencilla. Simplemente, debes ponerle a tu gato superficies para que pueda rascar y sentirse cómodo. Con los objetos adecuados, no se irá a tu sofá, ni a tu silla gaming ni a los bajos de ningún mueble. Puedes recortarle las uñas con unas tijeras adecuadas, siempre y cuando tengas cuidado de únicamente redondear la parte afilada y no tocar el nervio.

Vía: Jackson Galaxy