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Cómo plantar hierba para gatos

Puede que hayas oído hablar de la famosa hierba para gatos, o tal vez hayas leído nuestro artículo acerca de ella. Lo que sí sabemos es que se trata de una planta con muchas propiedades nutricionales y digestivas. Con todos sus beneficios, es increíble lo fácil que es de cultivar tú mismo en casa –siempre que sepas cómo, claro–.

Materiales necesarios

¿Qué necesitamos si queremos plantar hierba para gatos? La verdad es que sólo hacen falta tres cosas. Dependiendo de cuánto nos guste la jardinería, seguramente tengamos ya algunas de ellas por casa. Para resumir, simplemente necesitaremos:

  • Semillas de hierba apta para gatos
  • Una maceta o varias
  • Tierra orgánica sin fertilizante

¿Qué semillas de hierba para gatos uso?

Las semillas de hierba apta para gatos suelen venderse en la sección de simientes de cualquier floristería, vivero o incluso hipermercado con zona de jardinería. La podrás reconocer porque se aseguran de poner una foto de un michi al lado de la hierba ya plantada y madura.

La hierba para gatos proviene de la familia de las Graminae; es decir, las gramíneas. Se tratan de brotes de diferentes especies: trigo, avena, cebada o centeno son algunos de los cereales que se comercializan como hierba para gatos. Si tienes alergia a este tipo de planta, tranquilo: los felinos mordisquean esta hierba recién brotada, por lo que no le dará tiempo de crecer y crear el grano. 

¿Dónde puedo plantar hierba para gatos?

El recipiente en el que sembremos debe tener unas medidas particulares. Aunque podríamos usar un macetero tradicional –redondo, tirando para alto–, corremos el riesgo de que el gato lo vuelque al intentar apoyarse en él para mordisquear la hierba. Por eso, te recomendamos que elijas un recipiente más ancho que alto; es decir, debe tener más superficie de cultivo que profundidad. Puede tener mínimo una profundidad de 10cm y un largo de 15cm, por ejemplo. Existen macetas muy bonitas y estéticas con estas medidas, ideales para tener como parte de la decoración en casa. Si te decantas por una elección más económica y ecologista, te recomendamos reutilizar un envase para plantar la hierba para gatos.

La elección de un envase u otro dependerá de la cantidad de hierba para gatos que queramos cultivar. Por ejemplo, si vas a plantar hierba para un solo gato, puedes upcyclear un cartón de leche. Solo tienes que lavarlo y enjuagarlo concienzudamente y, una vez listo, cortamos con un cuchillo, tijeras o cúter uno de los laterales, y lo retiramos. Una vez puesto de lado, nuestro antiguo tetra-brick de leche se ha convertido en un macetero reciclado para plantar hierba suficiente para un solo gato. Si quieres asegurarte de que drene bien, aprovecha para hacerle unos cuantos agujeros. Pero recuerda, al estar compuesto en parte de cartón, este envase es ligeramente poroso y por tanto, no reutilizable. Cuando tu michi haya acabado de comerse toda la hierba plantada en el cartón de leche, debes tirar a la basura (o reciclado) este macetero y fabricar uno nuevo con otro tetra-brick.

Si tienes más de un gato, puede que te venga mejor plantar más superficie de hierba. Para ello, los recipientes de helado que se venden en supermercados son ideales. Estas tarrinas suelen ser chatas y tener una capacidad de aproximadamente dos litros, perfectas para alojar suficiente tierra en la que brotar la hierba. Además, la tapadera de la tarrina de helado es perfecta para poner como bandeja para la maceta. Si quieres que tenga drenaje, hazle unos pequeños agujeros con un soldador.

En cuanto a la tierra, lo mejor será buscar tierra orgánica, sin fertilizantes. Recuerda que vas a plantar en ella un alimento que va a consumir tu mascota. Estos aditivos son muy comunes en las tierras comerciales, puesto que ayudan a las plantas decorativas a crecer y florecer. Sin embargo, no son aptos para plantas de uso alimentario, y no es seguro ingerirlas si se han tratado con este tipo de producto químico. Puesto que la hierba para gatos va a ser consumida en su etapa de brizna, sacará la mayoría de sus nutrientes de la propia semilla. Tampoco hará falta añadir fertilizantes líquidos, ni enraizantes (aunque existen recetas naturales hechas a partir de lentejas). El ciclo de la planta es muy corto, de unas dos semanas y no lo aprovechará.

Pasos para cultivar hierba apta para gatos

Seamos sinceros, parece muy fácil plantar hierba para gatos: llenas una maceta de tierra, echas un puñado de semillas, riegas y te pones a esperar. Sin embargo, aquí te vamos a dar unos consejos para mejorar y agilizar la siembra de tus brotes para michis:

Remojo

Al igual que pasa con las legumbres, las semillas sacan a relucir lo mejor de sí mismas si se pasan unas horas sumergidas en agua. Estar en remojo activará su germinación y empezarán a brotar más rápido que si las plantaras y mojaras por primera vez ya en la tierra. Por el tamaño de la semilla, el tiempo de remojo recomendado es de 6-12 horas. Sin embargo, no te martirices mucho si no puedes esperar tanto; treinta minutos o una hora es mejor que nada. Una vez listas, descarta el agua de remojo y acláralas con agua limpia cuidadosamente.

Plantar en la maceta

Llena dos tercios de la maceta con tierra. Si tiene muchos agujeros de drenaje, puede que necesites taparlos con un par de piedras para que no se pierda mucho sedimento cada vez que riegues. 

Esparce las semillas por la maceta. No tengas miedo de plantar pocas, deja espacio entre ellas. Si plantamos demasiadas, harán un bloque que no enraizará bien. Además, competirían entre ellas por la luz solar y el agua, por lo que acaban creciendo peor y más lento que si hubieses plantado la mitad de ellas. En general, es mejor plantar un tiesto de hierba nueva cada dos semanas, que plantar una gran cantidad de semillas en un solo macetero.

Lo recomendable es echar unos 5 cm de tierra por encima de las semillas. Si echamos menos, corremos el riesgo de que la semilla quede a la vista cuando eche raíces la hierba. Aunque no es peligroso, ni se lo va a comer el gato, el resultado es poco estético. Debemos dejar un par de centímetros antes de llegar al borde de la maceta. Así, nos aseguramos de que la tierra no se desborde al crecer la hierba para gatos.

Riego

Ahora toca regar: debemos ser contundentes y rociar con delicadeza una buena cantidad de agua. Debemos asegurarnos de que la tierra se empape, pero que no quede encharcada. Por esto es tan importante elegir maceteros con agujeros de drenaje, para asegurarnos de que se evacúa el exceso de agua.

La frecuencia de riego una vez plantada dependerá de dos factores: la temperatura y la humedad ambiental. No es lo mismo plantar algo en verano con una humedad del 35% que en invierno con una humedad del 90%. En general, debemos asegurarnos de que la tierra siempre está húmeda, pero no mojada. Una buena forma de saber si tiene el nivel de humedad correcto es tocarla ligeramente con el dedo: si se quedan un par de partículas pegadas, es que todavía tiene humedad; si está seco al tacto en la superficie, es que necesita un poco de riego. Puede que solo necesites regarla dos veces en semana durante la época de frío, y regarla todos los días si estás en pleno verano.

Luz solar

La hierba para gatos, al ser de la familia de las gramíneas, se beneficia mucho de la luz solar directa. No se trata de una planta delicada, como serían las orquídeas, por ejemplo. A no ser que estés viviendo una ola de calor con altísimas temperaturas, a tu maceta de hierba para gatos le vendrá bien estar al sol unas cuantas horas al día. Solo debes asegurarte de que la tierra de la maceta mantiene un nivel de humedad estable, o correrás el riesgo de que se seque antes de que tus gatos puedan disfrutarla.

¿Cuánto tarda en crecer la hierba para gatos?

La hierba apta para gatos suele tardar unos diez días en crecer hasta un punto de maduración adecuado para su ingesta. Dependiendo del calor que haga y la humedad ambiental, podrá acelerarse o retrasarse el proceso. Es normal que apenas tarde una semana si es primavera y le dan muchas horas de sol. Tampoco será de extrañar que tarde una quincena en crecer si es invierno y no puede recibe tanto calor solar, además de la caída de temperatura que experimenta por las noches.

¿Cómo puedo hacer que la hierba para gatos crezca más rápido?

Si le has pillado el gustillo a plantar tu propia hierba para gatos, una posible adquisición a tener en cuenta sería un semillero. Este invernadero diminuto no solo ayuda a controlar la temperatura en época de frío, sino también los niveles de humedad. Si vas a estar fuera de casa algunos días, o simplemente hace un calor seco que deja deshidratada tanto la tierra como las plantas, un semillero hermético contrarrestará la evaporación que sufren las macetas durante este tiempo. Este artilugio optimizará las condiciones de cultivo de la hierba para gatos (y cualquier otra planta que termines), por lo que hará que crezca de forma eficiente en la medida de lo posible. Si tus gatos consumen mucha hierba y sientes que nunca hay suficiente, puede tratarse de una inversión interesante.

Además, sirve como caja fuerte para aquellos brotes de hierba que todavía no han crecido lo suficiente. Si te preguntas cómo hacer para que tu gato no se coma la hierba plantada antes de tiempo, invertir en un mini semillero puede ser la solución. Si tu gato es muy escurridizo, seguramente sepa colarse en la terraza, lavadero o balda donde estés dejando crecer la maceta. Un semillero de plástico es fácil de sellar; incluso si tu gato se pone cabezota e intenta abrirlo. Así, la hierba para gatos estará a salvo hasta que llegue a la altura necesaria y se la puedas dar de comer a tus michis.

Esperamos que te haya gustado este tutorial completo sobre el cultivo de hierba para gatos. Si quieres saber más sobre suplementos, te invitamos a que navegues por nuestra sección de Salud y Bienestar.